NAVIDAD: LA VERDADERA HISTORIA DE SU ORIGEN
La navidad es una de las celebraciones más importantes en todo el mundo. Es un hito importante para nosotros, el final de un año, tiempo de 
regalos, festejos, reuniones familiares y –para los cristianos 
practicantes- una emotiva fiesta religiosa.
Aunque la Navidad es hoy en día un momento especial para reunir a toda 
la familia, lo cierto es que su origen responde en realidad a otros 
factores históricos que involucran al poderoso Imperio Romano, a ritos paganos y poco tienen que ver con el hecho histórico que conmemoran: el nacimiento del niño Jesús.
La 
primera vez que podemos oír hablar de las Navidades celebradas el 25 de 
diciembre (tal y como lo conocemos hoy) surgió casi dos siglos después 
del nacimiento de Cristo por lo que, tanto antes como después del nacimiento del niño Jesús, existía una celebración a final de año, en torno a la figura de Saturno que los romanos implantaron.
Los romanos celebraban la Saturnalia
 romana que no era más que un festival que representaba el solsticio de 
invierno (entre el 20 y 23 de diciembre) donde se honraba al dios 
Saturno. Durante esta fiesta, los romanos se alborotaban y por ello, los
 pocos cristianos que existían en aquella época, se oponían a estas 
celebraciones tan descontroladas.
De esta manera se dice que la Navidad surgió para sustituir la celebración de Saturno, rey del Sol,
 en inglés «sun», por lo que se tomó como el nacimiento del hijo de 
Dios, que en inglés es «son».  Más tarde, cuando la religión cristiana 
se impuso en todo el Imperio Romano, el rey Justiniano 
declaró la Navidad como unas fiestas cívicas, aunque poco duró esta 
compostura, pues en la Edad Media las fiestas navideñas se convirtieron 
en días para beber y estar de juerga de la mañana a la noche.
La Saturnalia se celebraba cuando el sol estaba más bajo en el cielo
 y, así, los días se hacían más largos. Eso simbolizaba el crecimiento. 
Durante esta época se honraba a Saturno, dios del Sol y del fuego. 
También era relacionado con la agricultura, pues ésta necesitaba el sol 
para poder sembrar y que las cosechas creciesen. El festival de invierno
 llamaba a este dios del Sol para que volviese y las cosechas siguiesen 
creciendo.
Fuente: https://sobrehistoria.com

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