Qué es y cómo escribir un microrrelato
Los orígenes de este género literario están en la cultura popular, el folklore o las leyendas. Son historias que se han ido transmitiendo de boca en boca y que llegan a la literatura con forma y estilo propios. Apenas una línea, no más de unos párrafos, una página como límite. El microcuento como género literario se ensambla entre la brevedad del cuento y la rotundidad del aforismo. Lo que lo diferencia de sus hermanos mayores (el cuento y el relato) es que toca un único hecho narrativo muy visual, que va más allá de la anécdota. No explica un suceso, sino que sintetiza y sugiere un acontecimiento a partir de éste. El microrrelato es por tanto un relato de muy pocas líneas que, por la brevedad y precisión en su vocabulario, crea la intensidad suficiente para turbar al lector. Una de las características básicas del microrrelato es la utilización de unos mecanismos de construcción que contemplen romper las expectativas del lector, llevándolo a seguir buscando el sentido, y no sólo esto, sino además otorgar el sentido al completar los significados que apenas se esbozan o se insinúan apoyados en otro de los mecanismos propios de su construcción, "el doble sentido", es decir, la posibilidad de que lo dicho signifique no sólo lo literal e incluso algunas veces en absoluto lo literal, sino otra cosa que el lector debe encontrar para completar la narración, siendo de este modo lector y autor al mismo tiempo. Quizá uno de los microrrelatos mas famosos sea El dinosaurio de Augusto Monterroso: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí.” Son solo siete palabras, pero han dado lugar a gran cantidad de disertaciones, elucubraciones y estudios. Es precisamente en esto, en lo que radica el poder del microrrelato, en la longitud que no tiene.
¿CÓMO ESCRIBIR UN MICRORRELATO?
Aquí van algunos trucos para empezar a escribir vuestros microrrelatos:
1. Un microrrelato es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo, ni una anécdota, ni una ocurrencia.
2. A diferencia de los relatos, el esquema narrativo de nudo - desarrollo -desenlace, no funciona. Es demasiado largo para este estilo de contar historias. El microrrelato elimina el desarrollo y se apoya en el clímax para darle un giro inesperado. Gran parte de la fuerza del microrrelatos es conseguir provocar la sorpresa en el lector.
3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia. Del mismo modo, conviene evitar la proliferación de personajes (por lo general, para un microrrelato tres personajes ya son multitud), así como los escenarios múltiples.
4. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.
5. Un microrrelato es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.
6. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuento suelen tener un significado de orden superior. Es bastante habitual que el autor del microrrelato juegue con la ambigüedad del lenguaje, y la elocuencia de lo que no se dice. En definitiva, piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microrrelatos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.
(Texto tomado de las Bases del Concurso de Microrrelatos publicadas por la Biblioteca "Severo Ochoa" (Instituto Cervantes):
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