Viernes 28. Marie Colvin, la corresponsal de los invisibles.

Marie Colvin, la corresponsal de los invisibles


Marie Colvin dijo en una ocasión que «la valentía es no tener miedo de tener miedo». Tenía suficiente experiencia en lo que a esa emoción se refiere como para pronunciar esas palabras sin que sonaran contradictorias o ridículas. Después de todo, llegó a ser quien fue cubriendo para el 'Sunday Times' conflictos como los de Afganistán, Libia y Siria, y esquivando la muerte en lugares como Líbano, Kosovo y Chechenia. Lo hizo desde 1985 hasta su muerte en Siria en el 2012, a los 55 años. 

Combatir las guerras siempre se ha considerado como una actividad eminentemente masculina, y lo mismo puede decirse de escribir sobre ellas. Sin embargo, sobre todo en el apogeo de las revueltas derivadas de la Primavera Árabe, quedó claro que las mujeres corresponsales corren un peligro añadido por el hecho de serlo, pero también pueden lograr acceso a entornos exclusivamente femeninos, y, en general, dan más importancia a las personas que a las explosiones. Y, en algún caso, los entrevistados masculinos se abren más fácilmente a ellas.
Colvin, sin ir más lejos, fue quien primero entrevistó a Muamar Gadafi después de que Estados Unidos bombardeara su casa y matara a su hija. Pero su pasión era escribir sobre las vidas de la gente corriente atrapada en las zonas bélicas, a la que ella solía llamar «humanidad in extremis»; gente como los niños y mujeres que murieron a manos de los soldados sirios en un sótano de Baba Amr, un distrito de la ciudad de Homs, y a quienes dedicó el que resultó ser su último y fatídico artículo.

Lo que principalmente convirtió a Colvin en asunto de leyenda entre sus colegas fue su dedicación. A menudo era el único periodista –o casi el único–, hombre o mujer, en entrar en zona caliente y el último en salir, incluso si eso significaba caminar durante cuatro días a temperaturas bajo cero para cruzar la frontera de Chechenia, ayudar a salvar a más de un millar de mujeres y niños refugiados presionando para lograr su evacuación de Timor Oriental o perder un ojo a causa de una granada, como le sucedió en Sri Lanka en el 2001 –de ahí, el parche negro que lució buena parte de su vida, y que según ella misma la hacía parecer una pirata–.

Con el tiempo, quedó en evidencia que Colvin había sido víctima de represalias por su cobertura de la guerra de Siria. El pasado 31 de enero, un juez estadounidense dictaminó que los funcionarios de más alto nivel del Gobierno sirio habían planeado y ejecutado cuidadosamente el ataque con el propósito específico de matar a periodistas, y condenó al régimen de Bashar al Asad a pagar 302,5 millones de dólares a la familia de Colvin en concepto de daños y perjuicios.

Fuente: El Periódico

Jueves 20. Margarita Salas. Una de las mayores científicas del siglo XX.

Margarita Salas, una de las mayores científicas españolas del siglo XX

Hablar de Margarita Salas es mentar una parte importantísima de la historia de la ciencia en España. Fue discípula de Severo Ochoa en la década de los 60 casi hasta el día de su fallecimiento, el 7 de noviembre de 2019, mantuvo su pasión por la ciencia e iba cada día al laboratorio donde trabajaba: "No concibo la vida sin investigación”, explicó Salas al recoger el pasado junio en Viena el Premio Inventor Europeo concedido por la Oficina Europea de Patentes y Marcas.


Nacida en Canero, Asturias, en 1938 fue, sin lugar a dudas, una de las científicas más importantes de la historia de España. Tras licenciarse en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid, en 1964, junto a su marido, Eladio Viñuela, y ante la falta de financiación en España, emigró a Estados Unidos, al Departamento Científico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, donde trabajaron junto a Severo Ochoa hasta 1967. Gracias a la financiación americana para desarrollar la biología molecular volvieron ese año a España, donde fundó el primer grupo de investigación en genética molecular del país.

Entre los logros de su carrera, Salas cuenta con el descubrimiento de la ADN polimerasa del virus bacteriófago phi29, que tiene una aplicación crucial en biotecnología: permite amplificar el ADN de manera sencilla, rápida y fiable. Básicamente ensamblaba moléculas de ADN mucho más rápido y con mucha más precisión que otras moléculas. Por ello se usa en medicina forense, oncología y arqueología, entre otras áreas. “Esta polimerasa se usa en todo el mundo y se aplica en análisis genético, forense y paleontológico, entre otros”, explicó en una entrega de premios la propia Salas. “Cuando uno tiene cantidades pequeñas de ADN, como un pelo hallado en un crimen o unos restos arqueológicos, esta ADN polimerasa amplifica millones de veces el ADN para poder ser analizado, secuenciado y estudiado”, añadió. Por ejemplo, a nivel médico, permite a los oncólogos ampliar pequeñas poblaciones de células que podrían dar lugar a tumores y así estudiarlos con más facilidad y rapidez.

Machismo científico

Sin embargo, el suyo no fue un camino de pétalos de rosas, sino un camino de baches con un escollo realmente duro: el machismo en el mundo de la ciencia. Como apuntaba a finales de 2018 en una entrevista a SINC, cuando ella era joven, "a las mujeres no se nos consideraba capacitadas para investigar. Incluso mi director de tesis, Alberto Sols, era muy machista. Aunque después se convirtió". Aunque sí es consciente de que esa mentalidad machista del año 1961 ha cambiado enormemente, afirmando que "ahora es distinto, estoy muy bien considerada". De hecho, sobre el papel de la mujer en la ciencia se mostraba muy directa: "Yo no quiero cuotas, no quiero que a las mujeres se nos dé nada por el hecho de ser mujeres. Que se nos dé si lo valemos, pero que no se nos quite por el hecho de serlo".

 A lo largo de su carrera, Margarita Salas recibió numerosos premios internacionales y nacionales, entre los que se encuentran la Medalla Mendel, el Premio Rey Jaime I, el Premio Nacional Ramón y Cajal, el Premio L’Oreal UNESCO y la Medalla Echegaray otorgada por la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. (fue la primera mujer en recibirla). Salas fue además miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Fuente: www.nationalgeographic.com.es

Viernes 14 de febrero, San Valentín

 Lucía

Vuela esta canción para ti, Lucía
La más bella historia de amor que tuve y tendré
Es una carta de amor que se lleva el viento pintada en mi voz
A ninguna parte, a ningún buzón.


No hay nada más bello que lo que nunca he tenido
Nada más amado que lo que perdí.
Perdóname si hoy busco en la arena
Una Luna llena que arañaba el mar.
Si alguna vez fui un ave de paso
Lo olvidé para anidar en tus brazos.

Si alguna vez fui bello y fui bueno
Fue enredado en tu cuello y tus senos.


Si alguna vez fui sabio en amores
Lo aprendí de tus labios cantores.
Si alguna vez amé, si algún día después de amar
Amé, fue por tu amor, Lucía, Lucía

Tus recuerdos son cada día más dulces
El olvido solo se llevó la mitad
Y tu sombra aún se acuesta en mi cama con la oscuridad
Entre mi almohada y mi soledad. 


Vuela esta canción para ti, Lucía
La más bella historia de amor que tuve y tendré
Es una carta de amor que se lleva el viento pintada en mi voz
A ninguna parte a ningún buzón
No hay nada más bello que lo que nunca he tenido
Nada más amado que lo que perdí
Perdóname si hoy busco en la arena
Una Luna llena que arañaba el mar.

Si alguna vez fui un ave de paso
Lo olvidé para anidar en tus brazos

Vuela esta canción para ti, Lucía
La más bella historia de amor que tuve y tendré
Es una carta de amor que se lleva el viento pintada en mi voz
A ninguna parte, a ningún buzón.

No hay nada más bello que lo que nunca he tenido
Nada más amado que lo que perdí.
Perdóname si hoy busco en la arena
Una Luna llena que arañaba el mar.
Si alguna vez fui un ave de paso
Lo olvidé para anidar en tus brazos.
Si alguna vez fui bello y fui bueno
Fue enredado en tu cuello y tus senos.


Si alguna vez fui sabio en amores
Lo aprendí de tus labios cantores.
Si alguna vez amé, si algún día después de amar
Amé, fue por tu amor, Lucía, Lucía

Tus recuerdos son cada día más dulces
El olvido solo se llevó la mitad
Y tu sombra aún se acuesta en mi cama con la oscuridad
Entre mi almohada y mi soledad.

Vuela esta canción para ti, Lucía
La más bella historia de amor que tuve y tendré
Es una carta de amor que se lleva el viento pintada en mi voz
A ninguna parte a ningún buzón
No hay nada más bello que lo que nunca he tenido
Nada más amado que lo que perdí
Perdóname si hoy busco en la arena
Una Luna llena que arañaba el mar.
Si alguna vez fui un ave de paso
Lo olvidé para anidar en tus brazos
Si alguna vez fui bello y fui bueno
Fue enredado en tu cuello y tus senos


Si alguna vez fui sabio en amores
Lo aprendí de tus labios cantores
Si alguna vez amé, si algún día después de amar
Amé, fue por tu amor, Lucía, Lucía
Si alguna vez fui bello y fui bueno
Fue enredado en tu cuello y tus senos


Si alguna vez fui sabio en amores
Lo aprendí de tus labios cantores
Si alguna vez amé, si algún día después de amar
Amé, fue por tu amor, Lucía, Lucía

Tus recuerdos son cada día más dulces
El olvido solo se llevó la mitad
Y tu sombra aún se acuesta en mi cama con la oscuridad
Entre mi almohada y mi soledad

                                     Compositor:   Joan Manuel Serrat




                                      


Lectura del viernes 7 de febrero

 Julio Cortázar 

(Bruselas- Bélgica, 1914 - París- Francia, 1984)


            El 12 de febrero se cumple el aniversario de la muerte de Julio Cortázar, escritor argentino que rompió los moldes clásicos de la narración mediante relatos que escapan de la linealidad temporal. Los contenidos de sus obras se sitúan en la frontera entre lo real y lo fantástico. Destaca su novela Rayuela, en la que el mismo lector puede elegir el orden en el que leerá los capítulos. Otras obras: Final del juego, Todos los fuegos el fuego o Historias de cronopios y de famas.