La investigación de Jane Goodall en Tanzania es reconocida en la comunidad científica por contradecir dos
creencias muy arraigadas en aquel entonces: que solamente los humanos podían
crear y utilizar herramientas , y que los chimpancés eran vegetarianos.
Infancia
En 1935, una chimpancé del zoo de Londres llamada Boo-boo
dio a luz a una cría. Dos meses más tarde, los padres de Jane le regalaron un
peluche parecido a esa cría en su primer cumpleaños. Ese fue el primer
encuentro de Jane Goodall con un chimpacé y el inicio de su amor por los
animales.
Pasó su infancia y juventud soñando con escribir sobre los
animales en África, inspirada por las lecturas de los cuentos del Doctor Dolittle (historia de un médico
rodeado de animales que desarrolla la capacidad de comunicarse con ellos para
curarlos mejor) y por la película Tarzán.
África
En 1957, con 23 años, viajó por primera vez a África para
trabajar con el reconocido paleólogo y arqueólogo Louis Leackey. Tenía que
estudiar la conducta de los primates, primero en Londres. Luego pudo viajar al
Parque nacional Gome Stream en Tanzania para continuar la investigación. Tuvo
que hacerlo acompañada de su madre, ya que las autoridades británicas no le
permitieron estar sola. Tenía ya 26 años y era 1960.
Tras pasar mucho tiempo estudiando el comportamiento de los
chimpancés a distancia y a través de prismáticos, poco a poco se fue acercando
a ellos ofreciéndoles plátanos. Fue comprobando que su inteligencia era mayor
de lo que se pensaba ya que aprendieron a abrir la caja en la que guardaba esa
fruta tan deseada.
Descubrimientos
No solo los hombres crean herramientas.
Observando a un chimpancé alimentarse de un termitero, pudo apreciar que éste
colocaba repetidamente tallos de pasto en los hoyos del montículo y los removía
cubiertos de termitas, como si "pescara" esas termitas. Los simios
también tomaban ramitas de los árboles y les removían las hojas, para hacerlas
más efectivas, una manera de modificar objetos, lo que es el inicio
rudimentario de la construcción de herramientas. Los humanos se
habían distinguido a sí mismos del resto del reino animal como «Hombre, el
creador de herramientas» por mucho tiempo, así que este fue un hallazgo extraordinario.
No solo tienen conductas pacíficas ni son vegetarianos. Goodall fue testigo también
del lado más agresivo de los chimpancés. Observó cómo acorralaban en grupo a
otras especies de primates más pequeños para cazarlos, matarlos y luego
compartirlos con el resto del grupo. Incluso, descubrió la violencia dentro de
los grupos de chimpancés, ya que las hembras dominantes llegaban a matar a las
hembras más jóvenes para mantener su dominancia, llegando a veces al
canibalismo.
Repercusión
Aunque estos y otros descubrimientos fueron criticados y
menospreciados por la comunidad científica de la época, el tiempo le ha ido
reconociendo su labor como primatóloga y mayor experta en chimpancés. Fruto de
ello son los más de 50 títulos honoríficos y premios recibidos hasta hoy
(Mensajera de la Paz de la ONU y Dama del Imperio Británico entre ellos).
Hoy en día, a la edad de casi 84 años es activista a favor
de una actitud más tolerante hacia
los animales y medio ambiente.
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