En una primera lectura este bello poema parece dedicado a una dama, un amor que ya pasó a la historia pero que él aún recuerda con cierto dolor: ” No desgarrar ya más mi carne / por los zarzales en tu busca”. El yo poético la amaba y complacía en todo “Canta me dices. Y yo canto.”, “Sueña me dices, y yo sueño”. Hasta aquí todo parece bastante claro, pero en los versos siguientes hasta el final del poema asaltan las dudas. ¿Se dirigirá a una chica o a su patria, a España? Hay versos que hacen reflexionar sobre esto: “con tus ciudades en racimos”, “con nuestros cuerpos que a ti vuelven/ como una madre verde y húmeda”, “eras de playas y de nieblas/ de mar reposando en la bruma, /de campos y albas ciudades/ con un gran corazón de música”. Sabiendo que José Hierro pasó cinco años en la cárcel en la época de la guerra se deduce que al salir de la misma pudo encontrarse con una España diferente a la que no estaba acostumbrado, ¿no será ella a la que va dirigido el poema?
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