LA MOSCA
La mosca vuela en alegre zigzag cuando se topa con un cristal que, a pesar de sus ojos compuestos, no ha visto. Durante una décima de segundo se queda un poco traspuesta -no es para menos-, ya que el golpe ha sido descomunal. Inmediatamente se recupera y vuelve a volar en ya no tan alegre zigzag hacia el cristal que, a pesar de sus ojos compuestos y de su experiencia previa, no ha visto ni recordado. Durante otra décima de segundo vuelve a quedarse paralizada en el aire -no es para menos-, el golpe ha vuelto a ser descomunal. Una vez más, se recupera y vuelve a volver a volar en desafortunado zigzag en la misma dirección que las dos veces anteriores de modo irremediable hacia el cristal…
El tesón de estos insectos por parecerse al hombre es encomiable.
El tesón de estos insectos por parecerse al hombre es encomiable.
MANUEL REBOLLAR BARRO
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