LA OBRA
MAESTRA
El
mono cogió un tronco de árbol, lo subió hasta el más alto pico de una sierra,
lo dejó allí, y, cuando bajó al llano, explicó a los demás animales:
-¿Ven
aquello que está allá? ¡Es una estatua, una obra maestra! La hice yo.
Y los animales, mirando aquello que veían allá en lo alto, sin
distinguir bien qué fuere, comenzaron a repetir que aquello era una obra
maestra. Y todos admiraron al mono como a un gran artista. Todos menos el
cóndor, porque él era el único que podía volar hasta el pico de la sierra y ver
que aquello solo era un viejo tronco de árbol. Dijo a muchos animales lo que
había visto, pero ninguno creyó al cóndor, porque es natural en el ser que
camina no creer al que vuela.
Álvaro Yunque
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