“Pelillos a la mar”
Esta expresión se emplea para, después de un enfado o discusión, hacer las paces y zanjar
la disputa. Su origen proviene de una antigua canción infantil, que los niños empleaban para
el propósito anteriormente descrito, reanudando su amistad una vez pronunciada. Como acto
simbólico que acompañaba la canción, se arrancaban mutuamente un pelo y lo soplaban para
que el viento se lo llevara, dando a entender que su enfado era tan insignificante como un simple
cabello que con el aire se iba.
- ¿Adónde va ese pelo? - Al
viento. - ¿Y el viento? - A la mar.
- Pues ya la guerra está acabá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario