Mito de Narciso
Narciso era un
joven de una belleza singular. Cuando nació, el adivino Tiresias predijo que
tendría una larga existencia; pero añadió unas palabras enigmáticas: “…
mientras no se conozca a sí mismo...”.
Narciso rechazaba a todas las jóvenes que
se enamoraban de él. Un día, una ninfa a la que había despreciado le deseó que
se enamorara y sufriera, como ella sufría, a causa de la inaccesibilidad del
ser amado. Y el deseo de la ninfa se cumplió: Narciso, al agacharse para beber,
vio una imagen reflejada en el agua y se enamoró de ella. Nada ansiaba más el
joven Narciso que poder unirse al ser que veía reflejado en las aguas cada vez
que se agachaba, pero no podía lograr su anhelo. Un día quiso besarse y cayó al
río y se ahogó. Su cuerpo desapareció y en su lugar surgió una hermosa flor de
color azafrán, con el centro rodeado de pétalos blancos.
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